Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Habiendo sido informado de la muerte del Santo Padre, el Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, deseo expresar mis más profundas condolencias a ustedes, el Pueblo de Dios en la Diócesis de Columbus. Como ustedes ya saben, el Santo Padre tuvo recientemente complicaciones de salud y ha fallecido hoy. Tenía 88 años.

Mi corazón esta entristecido por la pérdida del Papa Francisco, y lloro junto con mis hermanos y hermanas de todo el mundo.

El Papa Francisco, el primer papa de las Américas, nació en Argentina en 1936. En el año 2013 fue llamado desde Latinoamérica para ser el obispo de Roma.

Desde el inicio de su pontificado, con la exhortación apostólica Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio), trajo muchas de las ideas del documento de Aparecida y de Latinoamérica a la Iglesia universal. Evangelii Gaudium fue paradigmático y programático durante todo su pontificado. Francisco nos llamó a ser una Iglesia en misión, la cual sale de su zona de confort para ir a las periferias espirituales y existenciales, ser una Iglesia pobre para los pobres.

El Santo Padre enfatizaba constantemente el cuidado de nuestra casa común y la fraternidad humana: la necesidad de vernos uno al otro como hermanos y hermanas. Haríamos bien en aprender de su sabiduría.

Habiendo trabajado en la Nunciatura Apostólica, me fui familiarizando con las escrituras y pensamientos del Papa Francisco. Estoy muy agradecido por la oportunidad de haber trabajado en la embajada vaticana y de haber estado al servicio del Santo Padre. Este mismo Santo Padre fue el que me nombró como el obispo de Columbus, y por ello estaré eternamente agradecido.

El Papa Francisco ha sido incansable en reiterar la misericordia de Dios, la cual, dijo, no puede estar separada de la vida de la Iglesia. Encomendémosle ahora al Padre de la Misericordia para que lo vea con una mirada de misericordia y a Cristo, el Buen Pastor, con el poder del Espíritu Santo, supliquemos al único, verdadero pastor, que acoja al Papa Francisco y lo lleve a las verdes praderas prometidas para aquellos que creen en Él.

Como obispo de la diócesis, ofrezco mis oraciones por todos aquellos que lloran su partida, uniéndome con mis hermanos y hermanas de todo el mundo para agradecer a Dios por la vida y ministerio del Papa Francisco.

Suyo en nuestro Señor crucificado y resucitado,

 

 

Reverendísimo Monseñor Earl K. Fernandes

Obispo de Columbus